Voy a ser honesto contigo, querido lector. Nunca he sido un gran fan de los superhéroes sin superpoderes. Me parecen tan absurdos como una ensaladilla rusa sin mayonesa.
Hace ya muchos años, cuando mi procesador era un pequeño Z80 y una parte de mi gran afición, que siempre ha sido la lectura, la ocupaban los cómics, huía sistemáticamente de esa clase de personajes. ¿Por qué había de interesarme por un simple humano vestido con unas mallas y una capa cuando en su lugar podía seguir las aventuras de alguien como el gran Galactus o de mi siempre admirado y querido Bruce Banner, también conocido como Hulk?
Por ello pocas veces he leído cómics de personajes como Batman, el Capitán América, Elektra o el que hoy nos ocupa: The Punisher. A día de hoy sé que excepto en el caso de Batman (que me sigue pareciendo igual de cansino que entonces), quizás cometí un error con algunos de esos personajes que tan injustamente evitaba y quizás el más notable pueda ser el de Frank Castle. También es cierto, haciendo honor a la verdad que dos de mis personajes de cómic favoritos desde siempre carecen de superpoderes propiamente dichos. Uno de ellos es Judge Dredd y el otro es Daredevil.

Sonrío para que parezca que no me duele la tunda que acabo de llevar.
Si eres aficionado a los cómics siempre esperas que una adaptación a la gran o pequeña pantalla esté lo más cuidada posible, especialmente cuando se trata de uno que has disfrutado mucho. Podéis imaginar mi decepción, que seguramente compartiréis, cuando llegó a la pantalla de los cines ese engendro protagonizado por Silvester Stallone que intentaba adaptar los cómics de Judge Dredd y se quedó en un mero insulto y escupitajo en la cara la tipo más duro de Megacity One.
La misma situación o parecida se repitió con el Daredevil de Ben Afleck, así que cuando Netflix anunció que iba a estrenar una serie basada en el cómic del abogado ciego con base en Hell’s Kitchen, la verdad es que no me emocioné demasiado. Un poquito sí porque ya había disfrutado de la estupenda adaptación de Jessica Jones producida también por Netflix, pero insisto en que no demasiado. Grata sorpresa, me equivoqué por completo.
De todo lo que ha adaptado Netflix del universo Marvel, en mi poco humilde opinión creo que Daredevil es lo mejor con diferencia. Por supuesto y como ya he dicho, disfruté en su día con Jessica Jones, Luke Cage me sorprendió para bien, The Defenders no me disgustó aunque no me parece tan buena como al camarada Alforfones e Iron Fist… bueno… no voy a gastar bits en calificar ni comentar esa cosa.
Si la primera temporada de Daredevil me pareció notable tirando a sobresaliente, la segunda es prácticamente inmejorable. Los guiones son estupendos, la realización de la serie es genial, la fotografía merece mil premios y un largo etcétera que incluye muy por delante de otros aspectos importantes la construcción de sus personajes por parte de los actores y actrices que les dan vida.

Cú-cú
Aunque buena parte del mérito se lo lleve el personaje que da nombre a la serie, casi todos los demás son tan interesantes y carismáticos como el bueno de Matt Murdock, interpretado por el casi desconocido Charlie Cox . El cabronazo ciego de Stick (al que da vida Scott Glenn) brilla con luz propia, la Elektra de la guapísima Elodie Yung lo hace igualmente y el Kingpin del genial Vincent D’Onofrio es absolutamente maravilloso. Pero el Punisher que podemos ver en esa segunda temporada de Daredevil se lleva sin duda la palma, tanto que a ratos se hace con todo el protagonismo de la serie. Para mí fue toda una sorpresa redescubrir a un personaje por el que a priori no daba un duro y más cuando el actor que le da vida en la serie, Jon Bernthal, no me había gustado demasiado en el papel que interpretaba en la sobrevalorada “The Walking Dead”.
Sin embargo hay que sacarse el sombrero frente a la interpretación que hace Bernthal de Frank Castle, alias “The Punisher”. Este brutal antihéroe apareció por primera vez en papel a principios de 1974 como enemigo de Spiderman, pero en ningún caso se le ha de considerar un supervillano ya que pese a sus brutales métodos, siempre se preocupa de proteger las vidas de los inocentes que se puedan ver envueltos en los sangrientos ataques contra los que él considera sus enemigos. Castle es un veterano de guerra experto en artes marciales, el uso de todo tipo de armas y con muy pocos escrúpulos cuando se trata de matar o torturar a sus enemigos.
Un buen ejemplo de lo anterior lo podemos ver en varias de las secuencias que protagoniza en la ya mencionada segunda temporada del Daredevil de Netflix, siendo especialmente brillante la que se desarrolla en el interior de la cárcel en la que está recluido. La violencia hecha arte, pasen y vean:
Quizás debido a la estupenda acogida que tuvo esta nueva recreación de Punisher para la pequeña pantalla, Netflix decidió proporcionarle su propia serie que será estrenada el próximo 17 de noviembre de 2017. Es difícil pensar que no vaya a funcionar tan bien como lo hizo en sus apariciones a lo largo de esa segunda temporada de Daredevil, pero quien sabe. Yo desde luego la seguiré con atención y llegado el momento, cuando ya hayamos visto algo más que los más que interesantes avances que Netflix ha puesto a nuestra disposición, podamos continuar con este análisis de uno de los antihéroes (con permiso de Deadpool) más salvajes del universo Marvel. Mientras tanto y para abrir boca os dejo con el segundo tráiler de la primera temporada de “The Punisher”: